lunes, 31 de marzo de 2008
¿Vestir santos? o.....
miércoles, 26 de marzo de 2008
Ese miserable sentimiento humano.. LA ENVIDIA
Supongo que pensaran que es dura esa frase para colocarla como titulo…
¿Cómo se podría enfocar este tema?, ¿Cuántas veces hemos sido victima de sentimientos mezquinos, vejaciones o humillaciones por parte de los demás en la vida cotidiana, en el trabajo y en nuestras relaciones sentimentales? ¿Quién pude sentirse supremos y tener la potestad de juzgarnos?. ¿Cuál es el oscuro objeto que se esconde detrás de la envidia?.
Anoche me hice estas preguntas, no crean que no tengo otras cosas en que pensar o que hacer que tratar de descubrir los intrínsecos lugares de la mente donde radican las emociones mas sucias y perturbadoras del ser humano. Tengo una vida un tanto agitada últimamente pero que en ese ir y venir de situaciones, decidí explorar un poco a ver que sale.
El envidioso es incapaz de ponerse en el lugar del envidiado, es incapaz de preguntar de donde provienen sus logros y meritos, para poder comprender su situación, o de sentir empatía hacia él. (Cosa que casi nunca se logra)
Entre los valores más envidiados suelen encontrarse el prestigio, el reconocimiento, el estatus ocupacional, el dinero, el poder y las posesiones materiales.
En los ambientes laborales es donde existe una fuerte marcada tendencia a que se suscite la envidia, mucha gente no soporta el éxito de los demás y con chismes, criticas, expresiones de desagrado trata de desequilibrar al envidiado convirtiéndose esta situación en un sucio juego psicológico que puede terminar en proporciones mayores si no se tiene el positivismo, la valía propia y la paz interna por el trabajo bien realizado... Nadie tiene la culpa de ser exitoso si trabaja para ello y nadie tiene la culpa de la mediocridad interior y de la poca estima que se tiene el envidioso. La envidia es consecuencia de dos procesos psicológicos necesarios para el desarrollo de los seres humanos: el deseo y la comparación.
La envidia se produce siempre en situaciones que son vividas como una amenaza. Por eso, para prevenirla es preciso favorecer la confianza básica en uno mismo y en los demás, desarrollar expectativas y modelos positivos sobre las relaciones sociales, y adquirir habilidades para responder a la tensión emocional.
Uno de los mejores remedios contra la envidia es aprender a afrontar dichas situaciones con optimismo, centrando la atención en los aspectos positivos de la realidad.
Conviene aprender a definir los fracasos como dificultades a resolver, analizando qué se puede cambiar para mejorar los resultados obtenidos y aprendiendo a valorar cualquier progreso por pequeño que sea.
Para finalizar considero que la persona envidiosa vive un infierno emocional peor que el envidiado, son temerosos de afrontar su realidad, se retuerce en sus frustraciones, en sus carencias emocionales y materiales y son personas grises y carentes de todo brillo ya que son fácilmente detectables, por lo tanto se requiere de una inmensa dosis de positivismo, de ecuanimidad y de entereza para no dejarnos arrastrar por las vilezas ajenas y continuar manteniendo una actitud de fortaleza por dura que nos parezca la prueba, el sufrimiento que pretende causar el envidioso se vuelve un boomerang cuando lo combatimos con indiferencia.
La envidia junto a sus familiares: La mentira, el egoísmo, el doble juego, la venganza, el racismo y la intolerancia son a mi entender perlas que no adornan la personalidad de ningún individuo, por el contrario lo devalúa y lo convierte en un ser simplemente POBRE DE ALMA Y DE ESPIRITU... No vale la pena engancharse .. ¿Cierto?
miércoles, 19 de marzo de 2008
Refranes solo para la gente culta....
Más vale plumífero volador en fosa metacarpiano, que segunda potencia de diez pululando por el espacio.
(Más vale pájaro en mano, que cien volando)
(Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente)
(Dime con quién andas y te diré quién eres)
(Al mal tiempo, buena cara)
(Agua que no has de beber, déjala correr)
(Cría cuervos y te sacaran los ojos)
(Al ojo del amo, engorda el ganado)
(El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija)
(A caballo regalado, no se le mira los dientes)
(La cabra siempre tira al monte)
(Las penas con pan son menos)
(No hay mal, que por bien no venga)
(Ojos que no ven, corazón que no siente)
(Al mal paso, darle prisa)
(Barriga llena, corazón contento)
(Aquí hay gato encerrado)
El que embriológicamente es traído al mundo con el diámetro antero posterior de la cavidad abdominal aumentado, no logrará reducir su contenido visceral por más intentos forzados extrínsecos de reforzar dicha pared en su infancia.
(El que nace barrigón, ni que lo fajen de chiquito).