sábado, 25 de agosto de 2012

Tu y el maR

Mirando hacia el mar se llena de tranquilidad mi ser, el ruido de las olas suena como una melodía de finos acordes que acarician mis oídos. Siento que estas allí, cerquita.. conmigo justo en el lugar donde la vida te colocó para mi y aunque no lo aceptes por fuera, se que tu corazón te pide a gritos mi presencia.


Te comparo (y disculpa) con una roca.. no, no nada de sirenitas ni princesas, tu carácter fuerte se asemeja a un diamante, pero aun sin pulir y te juro que lo tallaré con delicadeza para que brilles eternamente como lo deseas y en cada destello estará mi nombre y me recordaras cuando no este a tu lado.

Eres un caso divinamente extraño, me estresas, me liberas, me endulzas, me amargas, me das paz y alguno que otro infierno, pero eres tú y no quiero cambiarte. ¿Sabes? no fue sencillo llevarte a mi lecho, pero una vez allí me quede sin habla por un momento, nos sumergimos en la pasión, en las caricias, en la ternura y en los besos; así poco a poco me fui quedando en tus ojos negros, en tu infantil sonrisa, en el olor de tu piel y en tu sencillez que me enamoró y por eso te amo.

Eres como esas fieras que hay que esperar que se aplaquen porque son bravías y se piensan indomables, escondes tristezas y penas, eso lo se, pero siempre estaré allí para ti y por ti porque antes te admiré, de la admiración nació el cariño y del cariño sorpresivamente surgió el amor y no te voy a perder. No te prometo ni villas ni castillos, solo tengo la realidad, lo que soy y lo que me impulsas a ser porque eres un motor importante en mi vida.

Te preguntaras ¿Qué tiene que ver el mar de las primeras líneas con el resto?, la respuesta es que tu vida es el mar, el mar eres tú y mi vida eres tú.



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