EL DESPECHO....

Escribir sobre este tema es mas complicado de lo que creí, no es solo escribir por escribir y caer en lugares comunes, es sentirse inmerso en esa nube de melancolía y de sentimientos encadenados que conllevan a esa palabra que a nadie le gusta pero que todos disfrutan a su manera: ¡EL DESPECHO!.. Cuando sentímos ese vacío en el pecho que nos rememora a rokolas, música del ayer, y por supuesto el infaltable traguito con los panas o las amigas que estén en las mismas (nunca falta uno), dicen por allí que “cuando dos mochos se juntan, se ayudan a rascar entre si”, en fin la escena es similar tanto en hombres como en mujeres siendo los primeros un poco mas recatados a la hora de lanzar su lloradita y lo hacen en la mas estrícta intimidad por aquello de que “Los hombres no lloran”, es terrible, inefable, el mundo se te pone pequeñito, piensas en todos los momentos juntos y como por arte de magia se escucha una melodía que rememora fragmentos de tu relación.. o en su defecto suena Paquita la del Barrio llamando a los de mi genero ratas, animal de dos patas y una buena cantidad de apelativos nada halagüeños …DIOS !!!QUE TORTURA¡¡¡.. En los despechados de ambos sexos que toman en una bar o en casa, se escuchan frases como: “por ellas (ellos) aunque mal paguen”, “!!mesonero!! dos mas y una caja de Belmont”, “Ese perro desgraciado que me dejo por esa flaca (o gorda) insípida”, ¡Ya no creo en el amor” y la mas original de todas ¡Los hombres son como el 11, empiezan con uno y terminan con uno” · y un sin fin de parlamentos hilados y perfectamente coordinados entre sí para hacer un despliegue de la pena que nos embarga al ser cordialmente enviados de paseo en una relación que van de un lado a otro entre los despechados.

El despecho no es más que la libre expresión de una pérdida, el vaciado del corazón de sentimientos que solo dura pocas horas de rabia cuando se es bien manejado, de los contrario puede convertírse en un sentimiento obsesivo y de odio hacia quien una vez se amó, es importante cuando se está en este estado, tener la valentía de asumirlo como perdida absoluta, replantearnos metas, buscar el contacto con el entorno social y no aislarse ni consumirse dentro de la amargura y frustración que genera, ya que no se volverá a tener a quien una vez penaste que era la otra parte de tu vida, hasta que volvemos a entrar en nuestros niveles de normalidad emocional…. Todo pasa….atrás quedan los recuerdos de una noche de copas, boleros, rancheras, baladas, ballenatos y hasta de reggeaton volviendo así a enfilar nuestras mejores intenciones (previo período de duelo), de intentar una unión nueva a ver si la pegamos esta vez, y cual slogan de campaña política pensar…. La lucha continúa…